Milán (en italiano Milano) es la principal ciudad de la Italia septentrional y la segunda ciudad de Italia por población con unos 1.300.00 habitantes, capital de la provincia de Milán y de la región de Lombardía. Se encuentra ubicada en la llanura padana, una de las regiones más desarrolladas de Italia.
Puede que Milán no sea la más bella de las ciudades italianas, que no tenga el encanto melancólico de Venecia, ni la grandiosidad de
Roma, ni la belleza de
Florencia. Milán es más bien una ciudad llena de secretos bien guardados y lujos exquisitos esperando detrás de cada esquina. No cabe duda de que además se trata de un paraíso para los más hedonistas y sibaritas.
Definida como la capital económica de Italia, Milán es uno de los principales centros comerciales y financieros y una de las ciudades más ricas de la Unión Europea, sede de la Bolsa de Italia, famosa por sus firmas de moda y el tradicional pastel navideño llamado “panettone”. Milán tiene el aspecto y las características de una metrópolis moderna: rascacielos (célebre el rascacielos Pirelli con 127 m de altura, construido en 1959), edificios de cristal y metal y grandes almacenes.
Para muchos es la capital de Italia, siempre en competencia con Roma. Milán es sinónimo de negocios, apuro, trajín, lujo, modelos y nombres famosos que cuelgan de etiquetas de ropa. Es la ciudad más cosmopolita del suelo italiano y a la que muchos llegan buscando no solo qué vestir la próxima temporada, sino un estilo de vida.
Cuenta con un gran pasado histórico y un importante movimiento cultural y artístico. Vivió la dominación romana, bárbara, española y austriaca. Los sucesivos cambios políticos en su historia le dieron, junto con su independencia económica, un carácter autónomo que aún hoy se expresa en la gente.
Milán es una ciudad industrial y en gran auge económico, pero es también una urbe histórica con una intensa vida cultural. El eje de la estructura urbana de la ciudad es su
Duomo (Catedrál) y se extiende por todas las callejuelas del centro histórico. Su imponente
catedral gótica, el
Duomo, situada en la plaza homónima, es la mayor joya de la ciudad. Construida en mármol blanco rosado de Candoglia tiene más de 2.000 estatuas y 135 pináculos y está coronada por la célebre estatua dorada de la "Madonnina". En la plazoleta rectangular situada en el costado sur de la
catedral está el
palacio Real de estilo neoclásico. En su museo, ubicado en las salas de la planta baja, hallamos una síntesis de sus 6 siglos de historia. En el siglo XIV se incorpora al
palacio la iglesia de San Gottardo in Corte, transformada y adaptada al gusto neoclásico.
Enlazando las plazas del
Duomo y de la
Scala se encuentra una espectacular construcción abovedada: la concurrida
galería Vittorio Enmanuele, repleta de lujosos cafés y elegantes tiendas y librerías. Al atravesarla llegamos hasta el célebre teatro lírico de
la Scala, de estilo neoclásico y presidido por el monumento a
Leonardo da Vinci. Pese a su simplicidad exterior, aquí se representan las mejores obras del bel canto. Desde allí podemos poner rumbo al palacio de Brera, en la calle del mismo nombre. Este monumental edificio aloja la academia de Bellas Artes, la biblioteca Nacional y el observatorio Astronómico.
El castillo Sforzesco es el mayor monumento civil del período renacentista. Esta
fortaleza defensiva custodia varios museos y una completa pinacoteca. Otros lugares de interés en la ciudad son la iglesia de
Santa María delle Grazie, donde se conserva "
La Última Cena" de
Leonardo Da Vinci, la pinacoteca Ambrosiana , con los "Codices" de
Leonardo y pinturas de la escuela lombarda, véneta y flamenca, y la
basílica de San Ambrosio, uno de los edificios medievales más importantes de Lombardía. Milán puede tomarse como base para conocer otras interesantes localidades de los alrededores como Bérgamo y Monza.
